
Mi hija es una maravilla, cae misma papa temprano en la noche y se despierta a eso de las 7 de la mañana cada día desde que tiene un mes y unos días. Desde que tiene un mes y unos días le presenté a su compañero ideal e inseparable, el chupón.
Desde que nació hasta que tuvo un mes y unos días, cada día a las 6 de la tarde comenzaba mi gran lucha. Ya había comido, estaba limpia, la tenía cargada y aun así lloraba y lloraba casi sin parar, unos días mas que otros, sin saber qué hacer ni mucho menos como aliviarla. Intentaba dándole agüita a ver si tenía sed. Intentaba dándole gotitas a ver si le podía estar doliendo algo. La cargaba, la paseaba, se callaba por ratitos, para luego seguir. Después de llorar horas y nunca coincidiendo con el día anterior, se quedaba dormida de lo agotada que estaba de tanto llorar. Aprovechaba yo para descansar también, y despertar con ella un par de horas después.
Un día, cuando tenía un mes y unos días, en la mitad de mi lucha de cada día y con la total desaprobación de mi mamá, le hice probar el chupón. Maravillosamente se calmó y desde ese momento la vi más feliz, más segura, más calmada, y yo también.
Desde ese día, cuando tenía un mes y unos días, fue durmiendo más y más horas. Y por lo tanto, pude organizar mejor nuestros tiempos. Un bebé organizado, es un bebé feliz. Lo dice la teoría, y me lo dijo la práctica también.
Hoy mi hija tiene cinco meses y unos días. Duerme toda la noche, y durante el día hace tres siestas: en la mañana, al medio día, y una pequeñita en la tarde. A las 9 de la noche en punto la echo en su camita tapadita con una colchita, agarrando una babita y con su chupón. Se queda dormida en minutos y solita. Mi hija es una maravilla.
Quizá todo el crédito no se lo tenga que dar al chupón. Desde los dos meses los bebés ya no necesitan comer tan seguido y es cuando es el momento de comenzar a educarlos para que duerman seguido en la noche. Los primeros días se quejaran durante la noche, recomiendo ni hacerles caso o calmarlos de alguna manera sin alzarlos.
Por otra parte, debemos hacer un poco de caso a los anti-chupones. Es verdad que su uso en exageración, a la larga, termina causando problemas a nuestros hijos; es antihigiénico, puede causa deformidades en los dientes e infecciones al oído. Si lo vamos a usar, debe ser con moderación y solo hasta que nuestros hijos tengan un año.
Sin querer queriendo, lo estoy haciendo bien, y la verdad es que todo el crédito se lo lleva mi hija. Mi hija es una maravilla.
Sin querer queriendo, lo estoy haciendo bien.